Artículo publicado en EL MUNDO
Este país, aunque ya no sea noticia en los medios de comunicación, cuenta con una tasa de desempleo de más de 4 millones de personas, concretamente 4.010.000, según el Ministerio de Empleo. A este dato hay que añadir que la suma de los contratos temporales a tiempo completo y de los contratos a tiempo parcial, tanto indefinidos como temporales, suponen el 39,1% de los poco más de 13 millones afiliados al régimen general de la Seguridad Social. Esto es, el poco empleo que se va generando es muy precario.
Frente a esta panorama de crisis, asistimos a la nueva moda de los emprendedores en las que, en alguna ocasión, hemos visto a algún político que otro alardear sobre la necesidad de que las personas emprendan porque eso es lo que necesita este país. En este sentido, coincido plenamente con lo segundo, ya que es, a través de la iniciativa privada, como se pueden generar mejoras en la economía.
El problema reside en que los mismos que animan a emprender no articulan medidas pautadoras que favorezcan al emprendimiento. Y no me refiero a la redacción de pomposos planes que quedan muy bien en un titular, ya que no dejan de ser eso, titulares. En mi humilde opinión, y desde la experiencia, algo tan simple como aligerar la carga fiscal a la que se ven sometidas las pequeñas empresas podría convertirse en un acicate para la iniciativa privada y el fomento del empleo por extensión.
Lamentablemente, en este país, la experiencia nos demuestra que no existe una sensibilidad en esta materia. El anterior gobierno de Rajoy nos vendió a bombo y platillo una «Ley de Emprendedores» que ocupó muchos espacios en los medios de comunicación, pero no atiende a las necesidades reales de este país. Si un gobierno quiere apostar por una verdadera ley de emprendedores, debería de centrarse en no gravar fiscalmente la iniciativa empresarial con más del 40%. No se trata ya de fomentar la iniciativa privada, sino de no lastrarla y entorpecerla. Urge que, desde la política, se pongan en marcha medidas que liberen, fomenten y refuercen la iniciativa privada, no con una visión basada en el enriquecimiento, sino en el compromiso social con el empleo y las personas.
Eduard Amorós Kern es director de Marketing en KAIZEN GROUP y profesor de la Universitat de València