Llegas del puente de Pascua, abres el correo y te saltan 95 correos sin leer. Comienzas a hacer scroll con el ratón y la cosa no mejora. Uno detrás de otro, en letra negrita, impacientes por ser abiertos cómo una horda de Caminantes Blancos esperando a John Snow.
Al cabo del día recibimos más información por correo de la que podemos gestionar y aún así el mail se sigue considerando como una iniciativa efectiva a la hora de captar clientes. Pero claro, no todas las newsletter son efectivas ni consiguen hacer su trabajo. El primer paso para que puedan conseguir el objetivo soñado es establecer las bases desde el principio.
Cualquier opción es válida, pero es a partir de este punto cuando podemos empezar a plantear qué cualidades tiene que tener mi newsletter para ser efectiva:
Esas tres claves son la base de cualquier newsletter. El siguiente paso, tras averiguar cual es la finalidad de esta, consistirá en ir afinando la puntería cada vez más.
Debes saberlo todo acerca de tus suscriptores:
Conseguir las respuestas a esas preguntas no siempre es fácil, para ello, lo mas adecuado es servirse del testeo. La prueba y el error al final te hará saber qué es lo que tu base de datos te reclama.
Si al final conseguiste darle respuestas a las preguntas que formulamos anteriormente, ya tienes más del 70% de la partida ganada.
El poder es tuyo, úsalo como es debido y ponlo en práctica.