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PuzzleGrande

Está muy extendida la falsa idea de que si un determinado partido político no gobierna, tiene muy limitada la acción política y electoral, y por extensión, alcanzar el poder. Por el contrario, aun existiendo limitaciones, se puede hacer mucho desde la oposición. Simplemente se requiere de dos condiciones: querer y saber.

Detallemos algunos aspectos a considerar en el diseño de nuestra estrategia de Marketing Político, desde un enfoque de la co-creación de valor. O que planteado con una pregunta a la inversa sería algo así como ¿a cuánta gente conoces que se haya leído un programa electoral? La respuesta es más que evidente, a una o ninguna persona. No es extraño, la gente no lee los programas electorales. Y como esto, a pesar de que se invierte un tiempo y trabajo importante en la redacción de los programas electorales, el documento final no se lo suele leer nadie. ¿Por qué? Por varios motivos: porque no interesa, porque son aburridos… y fundamentalmente porque quien lee no se siente partícipe.

Conocedores de esto, lo que la política debería hacer para revertir esta situación es garantizar una participación de esa sociedad organizada y no organizada (la gran mayoría) en la elaboración de sus propuestas y acciones, no tanto electorales sino en el día a día.
Si revisamos algunos los barómetros que publicaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en el año 2009 podremos observar que el interés que manifestaban las personas hacía la política era más bien escaso. Ante la pregunta “¿qué sentimiento le transmite a usted la política?” alrededor del 70% de la población se debatía entre categorías como el aburrimiento, la indiferencia o la desconfianza. Tan sólo alrededor del 15% de la población manifestaba un cierto entusiasmo o compromiso.

Así también, en cuanto al grado de acuerdo o desacuerdo con algunas cuestiones, más del 75% manifestaban que los políticos no se preocupan en exceso de los problemas de las personas, o que en este mismo porcentaje (tres de cada cuatro) los que piensan que están en política, únicamente los que persiguen su interés personal. Dicho con otras palabras, el divorcio entre sociedad y política era ya evidente en 2009 y ha ido en aumento.

Cabe por tanto preguntarse si en la elaboración de nuestras propuestas, mensajes o acciones es pertinente adoptar un discurso excesivamente “político”. Cuando la gran mayoría de la población no siente simpatía hacia la política, ¿es conveniente adoptar un lenguaje y una imagen “excesivamente” o “exclusivamente” política?. No me refiero en caer en la banalización o ridiculización del mensaje (entendido en un sentido integral), pero preguntémonos por qué el perro de George Bush tenía un apartado especial en la web de la Casa Blanca.

Las personas que trabajan en el día a día de la política tienden a creer que su realidad es la realidad de los demás, y cuando un político vive rodeado de dossiers de prensa tiende a creer que la gente le sigue, se informa y está al tanto de lo que comunica en sus más que ruedas de prensa. Salir en los medios de comunicación es una oportunidad que no se debe desaprovechar, pero entender que por el hecho de salir todos los días en los medios el trabajo está hecho, es un error. Aproximadamente sólo uno de cada diez personas sigue el día a día de la política. La cuestión es que existe un 90% restante que no está al tanto de lo que hacemos. Preguntémonos por tanto ¿estamos orientando nuestra estrategia electoral y de marketing político conforme a las necesidades de la gente? ¿Además de los medios de comunicación estamos desarrollando algún tipo de acción complementaria? ¿Alguien se imagina una empresa sin fuerza de ventas, sin agentes comerciales por mucho que salga en TV?

Cuando hablamos de co-creación nos referimos a una estrategia de negocio o de marketing que redunda en la generación de actividades conjuntas entre la empresa y sus clientes. Así, los mercados (incluidos los electorales) son foros de debate y discusión tanto para las empresas como para los consumidores más activos. Gracias a esto se produce un cambio en el tradicional modelo de consumo pasivo y se generan críticas, combinaciones y nuevas posibilidades.

Con anterioridad nos referíamos al poco interés que suscitan los programas políticos entre la población. Cabría preguntarse, si en el diseño y redacción de este podemos implicar al mayor número posible de integrantes. Por consiguiente pregunto ¿y qué tal hacerlo en el diseño y desarrollo de la campaña? ¿Y qué tal hacerlo en el conjunto y diseño de la estrategia de marketing político?
Nike en 2006 pasó del 47% al 57% de market share con Nike+. Apple involucró a sus clientes en la mejora de su proceso productivo. No se trataba solamente de obtener un feedback por parte del usuario, sino escuchar desde el primer momento qué y cómo lo quería. Doritos desde hace algún tiempo propone a los usuarios que colaboren para la elaboración del anuncio de la Super Bowl mediante su aplicación “Crash the Super Bowl” en Facebook, convirtiendo a sus fans en creadores de sus anuncios publicitarios.

Preguntémonos por tanto: ¿Podrían los partidos políticos incorporar algunas de estas acciones en su estrategia de organización? ¿Podríamos lograr mayor implicación de los miembros de una organización y por supuesto de la ciudadanía? Personalmente considero que sí.

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Eduard Amorós Kern
Profesor en el Departamento de Comercialización e Invetigación de Mercados de la UV
Director de Marketing en KAIZEN GROUP · Marketing, Investigación y Comunicación

7 comentarios on "¿Implicamos a la ciudadanía?"

Monica - 21 enero 2014 Responder

De acuerdo con tu reflexión, pero a lo que denominas Marketing para involucrar a la población en las políticas, yo lo llamo necesidad de mercado, es una necesidad que la población sea más activa en política y esté más informada de esos "programas electorales", pero, ¿qué pasa cuando hay estabilidad de mercados y las necesidades del pueblo están cubiertas? que el pueblo no lee, no le interesa, prefiere pensar dónde irá de vacaciones el verano próximo... y ¿que pasa en la situación actual de corrupción política, malversaciones, tráfico de influencias.. y las mentiras electorales, etc. ? pues que la población se desanima, ya que como pensaba su voto y voz no valen de nada. Pienso que la población debería estar más implicada en la política, ya que de ella vivimos todos, y de ella depende en gran parte nuestro bienestar, y pienso que el buen Marketing nace de saber identificar una necesidad ciudadana y después de la forma de transmisión de la información para que sea eficiente cualquier campaña, sea poílitica o de producto, ya que al fin y al cabo es un producto, pero un producto del que dependemos todos. Y no olvidemos que detrás de cada buena campaña de Marketing hay un gran equipo que sabe responder ante el ciudadano y eso genera la continuidad y la fortaleza de lo que empezó como idea.

Maria Helena Vivas López - 20 enero 2014 Responder

Las estadísticas son contundentes. Cada vez más en el mundo, y en particular en América Latina, se percibe y se comprueba con estudios la gran apatía de los ciudadanos hacia la política y el rechazo hacia los políticos. Esta realidad ha llevado a algunos ciudadanos a interesarse en estos temas, como el actual gobernador de Antioquia (Colombia), Sergio Fajardo Valderrama. Su caso, atípico, pues se trata de un profesor universitario que un buen día entiende esta realidad y reflexiona sobre la necesidad de vencer el hecho de que la política siga en manos de los mismos. Por esa razón decide agrupar a personas de diferentes tendencias y buscar la alcaldía de Medellín. En su primer intento no la gana, pero en el segundo la obtiene con una alta votación. Hace una magnífica gestión y posteriormente se presenta a la gobernación, donde también gana con su propuesta "Antioquia la más educada". En realidad recibe críticas de los políticos tradicionales por ser "muy poco político", pero como ciudadano independiente ha podido demostrar que con un compromiso claro con las necesidades de la comunidad, con esquemas participativos y basando su programa en la educación es posible hacer una administración con buenos resultados. Éste, que es un ejemplo interesante, sin embargo, tiene sus debilidades, pues el hecho de rechazar a la clase política tradicional y sus prácticas, lleva a configurar escenarios muy adversos en las contiendas electorales, por ejemplo en elecciones parlamentarias, que como bien sabemos requieren de un montaje que solamente políticos curtidos conocen. Se tratará entonces de proponer nuevos modelos de actuación que permitan que estos líderes independientes garanticen seguidores, continuidad y éxitos en diferentes escenarios políticos. Acerca de tu planteamiento, que comparto en su esencia, observo que está bastante adscrito al marketing y sería interesante profundizar los aspectos puramente políticos de la participación, de la capacidad de una sociedad y sus líderes de integrar a la ciudadanía mediante tareas de opinión pública y por supuesto de búsqueda de adhesión, que tiene en el mercadeo apoyos, pero su fundamento es político definitivamente.

Marta - 20 enero 2014 Responder

Muy de acuerdo con el post. Me gusta mucho como sutilmente se da a entender que un partido político es como una empresa capitalista y debería actual como tal. En el sentido de que, esta última debe de tener como prioridad ganarse la confianza de sus clientes, para que estos crean en su marca y la consuman. Al igual que un partido político, que para ser más cercano al ciudadano (y al fin y al cabo, a la realidad que se vive) deberá ganarse la confianza de sus votantes, y conseguir que éstos realmente sean conscientes del valor que tiene su derecho fundamental de voto.

Roger - 20 enero 2014 Responder

Comparto tu reflexión y me parece interesante explorar tu propuesta de coparticipación. No obstante, si bien la ciudadanía auténtica debe ser activa, es preciso disponer de información libre, veraz y plural para que nuestra opinión esté fundamentada con criterio. Y por otra parte, no hay que ovidar, que dedicarse al debate y a la participación requiere una dedicación. Actuar como ciudadanos/as exige tiempo, compromiso y responsabilidad. Nos enfrentamos al desafío de extender el ejercicio de la ciudadanía , de la inclusión política y de la ampliación del espacio público, por ello este momento de desencanto, indignación, enojo o hastio social, más allá de la rabia , debe convertirse en una iniciativa de intento de cambio político y un motivo para implicarnos.

    Eduard - 20 enero 2014 Responder

    Gracias Roger, totalmente de acuerdo con tu reflexión. Nos encontramos en un momento muy delicado en el que tenemos que aprender de los errores para salir de esta situación de desánimo e injusticias, con más fuerza y con mayor compromiso para optar a una sociedad mejor. Más justa.

JIHAN AYESH - 19 enero 2014 Responder

Hola...muy bueno el post...pero yo añadiría que no sólo hay que hacer partícipe a la ciudadanía en la elaboración del programa sino es que es requisito indispensable..puesto que de la gente nacen las propuestas y la política debe ser entendida así..hecha por y para la gente...en un lenguaje entendible y asequible y por supuesto que pueda dar solución...se requiere practicidad en la programación...sino se queda siempre en el olvido porque no es práctica a la hora de la verdad y por ende poco creíble...se queda sólo para marketing.

    Eduard - 20 enero 2014 Responder

    Gracias por tu aportación Jihan. Está extendida por error la idea de que el marketing afecta únicamente a la cuestión estética, cuando realmente la aplicación del marketing pretende ajustarse a las necesidades reales de las personas. Esto es, conocer qué es lo que quiere el ciudadano para orientar mejor la oferta. Con este post pretendemos ir un poco más allá: ¿lo hacemos juntos?. Y por descontado, cumplir con lo propuesto.

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