Blog: Kaizen

Artículo publicado en El Mundo por Eduard Amorós.

Ya estamos en campaña. Y los partidos políticos tratan de ocupar sobremanera la agenda mediática del día a día. Hay que aprovechar cualquier oportunidad para tratar de colocar un mensaje que influya en la opinión de los votantes, sobre todo en aquellos que todavía no tienen decido su voto, y que tal como nos muestran los sondeos electorales, no son pocos. Según el último barómetro del CIS, solo el 52% del electorado sabe qué va a votar.

Así, uno de los aspectos a tener en cuenta en la cocina de los sondeos electorales es el voto oculto. ¿Hasta qué punto los encuestados están siendo sinceros en sus respuestas? Cabe recordar que nos pregunten sobre el partido al que vamos a votar es en cierta medida un aspecto íntimo, y en ocasiones no siempre se dice la verdad. Más si la marca en cuestión por la que sentimos simpatía no se encuentra en su mejor momento -casos de corrupción, crisis internas, expectativas incumplidas, etc.- o no es lo socialmente aceptado.

En los sondeos electorales ¿esta siendo la gente sincera en sus respuestas? O por el contrario ¿existe una tendencia a responder lo socialmente esperado? Resulta curioso que el resultado que le daban las encuestas a la marca política VOX en las pasadas elecciones andaluzas fuese significativamente menor que el resultado que obtuvieron en representación. De una expectativa en torno al 5% pasó al 11%.

Mientras el último sondeo del CIS le otorga un resultado bastante inferior al de sus competidores del espectro del centro-derecha – un 5,9% a VOX, frente a un 15,3% de Ciudadanos y un 16,7% del Partido Popular – , cabría preguntarse si es indicativa la imagen de Vista Alegre mostrando un antes y un después en cuanto a las expectativas de la marca política. Entonces ¿está condicionando en la opinión de los potenciales votantes que VOX se vea a través de la televisión como una opción política real? ¿Está calando el mensaje de VOX entre los estratos sociales más desfavorecidos y castigados por la crisis? ¿Está teniendo una alta aceptación el mensaje de VOX entre el público más joven a través de las redes sociales? ¿Está la gente ocultando lo que piensa realmente?

En una sociedad en la que gran parte de su población todavía no ha resuelto la terrible crisis de la que venimos, y en la que la fe hacia los partidos se ha perdido, VOX es el catalizador de la frustración social y de la ira contra los débiles. Y ojalá me equivoque, pero mucho me temo que su mensaje se extiende como una pandemia de gripe en el Medievo.

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